La escuela como Lugar de Memoria: La musealización del conflicto armado por parte de estudiantes y docentes en Colombia
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Descargar“Este capítulo expone lo que denominamos la "musealización" del conflicto armado en las escuelas colombianas como un fenómeno emergente que contribuye a hacer de la educación un lugar de producción de memoria. El capítulo explora las conexiones entre la comprensión de la educación como un espacio activo para la construcción e impugnación de la memoria y sus conexiones con la consecución de los objetivos de desarrollo sostenible, incluidos los relacionados con la educación y la paz. Se observa la musealización a través del creciente fenómeno de la creación de museos de memoria en las escuelas, lo cual supone la recopilación, preservación, documentación y montaje de contenidos textuales, objetuales y audiovisuales relacionados con la comunidad escolar y sus experiencias en torno al conflicto armado.”
Autoras: Julián D. Bermeo ( Universidad de Deusto), Julia Paulson (Universidad de Bristol) Arturo Charria (Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición)
Introducción
Al norte de Colombia, en el municipio caribeño de Valencia, hay un colegio público llamado Liceo Villanueva. A la entrada, llama la atención una placa conmemorativa que reza «Fidel Castaño Gil-1988». El nombre tallado en piedra pertenece al fundador del colegio, quien fue un conocido e influyente jefe paramilitar de la región. A lo largo de las décadas de 1980 y 1990, Fidel Castaño en colaboración con sus dos hermanos, fue responsable de perpetrar múltiples crímenes, entre ellos el despojo de tierras a campesinos, desplazamientos forzados, masacres y asesinatos (Sala Penal de Justicia y Paz del Tribunal Superior de Medellín, 2014).
En 2013, cuando el Liceo Villanueva se convirtió en colegio público, el recién nombrado director del centro tuvo la idea de retirar la placa como símbolo de un nuevo comienzo para el colegio. Sin embargo, esta propuesta dividió a la comunidad valenciana. Por un lado, algunos se reconocían víctimas directas del dominio de los Castaño; por otro, algunos sentían gratitud porque los hermanos Castaño proporcionaron a la comunidad una educación de calidad cuando abrieron el colegio. La polémica entre los valencianos sigue sin resolverse. La placa conmemorativa permanece expuesta en la escuela. Su presencia recuerda la historia de la escuela, incluidas las huellas materiales e inmateriales del pasado violento que son susceptibles de desencadenar animadversiones. El punto muerto en torno a la placa dificulta que la comunidad avance hacia un futuro pacífico compartido que supere las divisiones vinculadas a la violencia paramilitar.
Como muestra este ejemplo, las escuelas tienen un poder simbólico y están imbricadas en la historia de las comunidades a las que sirven, lo cual también incluye las dinámicas de conflicto y los patrones de violencia cuando dichas comunidades han sido víctimas de un conflicto armado. Las escuelas tienen una posición única y difícil en los procesos de desarrollo sostenible en general (Tikly, 2020), y aún más cuando las posibilidades de desarrollo sostenible dependen de la necesidad de recuperarse de un conflicto y construir una paz sostenible, una paz que más allá del cese de la violencia transforme las causas sociales, económicas y políticas del conflicto (Lederach, 1997; Novelli y Sayed, 2016). Las escuelas tienen un poder simbólico como instituciones estatales y, de hecho, a menudo son el contacto más habitual y cotidiano que los niños y las familias tienen con el Estado, una relación que puede estar impregnada de desconfianza cuando los agentes estatales han cometido actos de violencia directa, estructural y cultural contra grupos e individuos (Smith, 2010). También se consideran vehículos para hacer realidad las promesas de progreso, de objetivos de desarrollo sostenible, de derechos humanos y de paz (por ejemplo, Bengtsson et al., 2020). El currículo de historia en particular, se ha identificado como un espacio clave para la reforma y la intervención con el fin de cumplir estas promesas (por ejemplo, Cole, 2011), a pesar del reconocimiento desde hace mucho tiempo del papel que desempeñan los currículos de historia en la entrega de narrativas de vencedores, fomentando la división entre grupos a través de narrativas excluyentes que desarrollan un sentido de nosotros y ellos y excluyendo las narrativas históricas de las comunidades minoritarias (por ejemplo, Davies, 2016; Sriprakash et al., 2020; Bermúdez, 2020).
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DescargarEsta es una traducción realizada por Katiuska Ferrer Portillo de la versión preliminar del capítulo del libro que se menciona a continuación. La versión en inglés de este capítulo ha sido publicada en Critical Approaches to Heritage for Development: https://www.routledge.com/Critical-Approaches-to-Heritage-for-Development/Cross-Giblin/p/book/9780367619756